Sorprende la serena belleza de la poeta María Isabel Peralta en la única fotografía que le conocemos (le fue tomada en Vallenar en 1921). Sólo 17 años. Su rostro, un óvalo perfecto. Mentón voluntarioso. Nariz finamente perfilada. Labios delgados en total consonancia con ojos de profundo mirar e innegable dejo de tristeza.
María Isabel nació en Paihuano (20, noviembre, 1904). Falleció en Concepción (19, junio, 1926). Tan sólo a cinco meses de su fallecimiento, revista “Zig-Zag” (Santiago. Año XXII. Nº 1135) publicó uno de sus últimos poemas, “Los delincuentes”. En él, con algo de contenida aversión, dice: “Torcido el gesto. La mirada oblicua. / Metálico el color de los semblantes…/ Las toscas cabelleras, renegridas. / Cual bestias, en la borda de la nave / van tirados los parias de la vida.” María Isabel sabía ver en el fondo de los espíritus. Gabriela Mistral le elogió composiciones como “Barca Negra”, “poema de una sombría belleza” debida a “una sensibilidad verdadera que va camino de la palabra definitiva.” Gabriela jamás imaginó que un año después esa escritora estaría muerta.
Ella con sus poemas y Gabriela, con su “Prólogo”, se mantienen unidas en “Caravana parda” (1933), único texto editado de la poetisa de Paihuano. Sabella se encargó de difundir su poesía, incluso motivó a Darcy Maltés Martínez para que se titulará con un interesante trabajo acerca de la obra y vida de esta poeta. Gaytán, a veces se acuerda de ella y le reserva un lugar de privilegio junto a las intelectuales femeninas del norte chileno.
María Isabel nació en Paihuano (20, noviembre, 1904). Falleció en Concepción (19, junio, 1926). Tan sólo a cinco meses de su fallecimiento, revista “Zig-Zag” (Santiago. Año XXII. Nº 1135) publicó uno de sus últimos poemas, “Los delincuentes”. En él, con algo de contenida aversión, dice: “Torcido el gesto. La mirada oblicua. / Metálico el color de los semblantes…/ Las toscas cabelleras, renegridas. / Cual bestias, en la borda de la nave / van tirados los parias de la vida.” María Isabel sabía ver en el fondo de los espíritus. Gabriela Mistral le elogió composiciones como “Barca Negra”, “poema de una sombría belleza” debida a “una sensibilidad verdadera que va camino de la palabra definitiva.” Gabriela jamás imaginó que un año después esa escritora estaría muerta.
Ella con sus poemas y Gabriela, con su “Prólogo”, se mantienen unidas en “Caravana parda” (1933), único texto editado de la poetisa de Paihuano. Sabella se encargó de difundir su poesía, incluso motivó a Darcy Maltés Martínez para que se titulará con un interesante trabajo acerca de la obra y vida de esta poeta. Gaytán, a veces se acuerda de ella y le reserva un lugar de privilegio junto a las intelectuales femeninas del norte chileno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe aqui tu comentario.