"Poetisa del Dolor".
Nació en Chiquimula, Guatemala el 3 de junio de 1945. Poeta.
Vivió parte de su niñez en México, de 1954 a 1957. En 1957 regresó a Guatemala, donde vivió en los departamentos de Jutiapa y Chiquimula, en el oriente del país.
En Chiquimula ingresó al Instituto Normal de Señoritas de Oriente (INSO). Se graduó de maestra de educación primaria en 1964.
En 1966, a la edad de 21 años, viajó a México nuevamente donde publicó su primer libro de poemas titulado Cariátides, con prólogo del poeta español León Felipe, quien le dijo: ‘Eres un niño, un ángel, un poeta. Tienes un destino. Y has venido a decir algo’.
Regresó a Guatemala en 1967 y empezó a trabajar en medios periodísticos. A finales de la década de los ochenta empezó a padecer trastornos mentales.
Se dedicó a vendedora ambulante en el centro de la capital, donde vendía lociones, desodorantes y jabones, junto con sus versos. Hoy día todavía deambula por la capital, vestida de hombre y alejada de la realidad.
En el año 2001 el Ministerio de Cultura y Deportes le concedió el Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias. Al concederle el Premio Nacional de Literatura, el Consejo Asesor para las letras del Ministerio de Cultura y Deportes opinó que solo en ella existe una insondable y heroica cohesión entre vida y obra.
Si usted camina por la sexta avenida del Centro Histórico, puede que se encuentre con Isabel de los Ángeles Ruano, una de las grandes voces de la poesía guatemalteca.
Ella le ofrecerá algunas de las cosas que vende, puede que sea un perfume o un lapicero, si usted le felicita por ser una gran escritora, ella sonreirá y allí nada más. Isabel vive en su mundo, alejada de todo ese mundo donde prevalece una cultura de violencia, intriga y muchas cosas más.
Isabel no es que esté fuera de “onda” como la señalan muchos con el dedo. Ella vive su mundo y allí es feliz. En ningún momento cuando charla critica a nadie. Habla del arte poético como si estuviera escribiendo un bello poema.
Desde hace ya varios años reside en la zona 21 de la ciudad de Guatemala, en la colonia Justo Rufino Barrios, lugar donde se le reconoce el mérito por toda su trayectoria y labor,
Poema La noche
de Isabel de los Ángeles Ruano
Qué edad, qué frío, qué tormenta
puede ser más terrible
que una noche
a solas,
una noche sin nada, una caverna
olvidada, un pasaje secreto,
de hielo.
Y digo una noche a solas
una noche de tiempo.
Y no hablo de sexo
ni del calor de un cuerpo,
no hablo de alguien, de algo,
hablo de una noche a solas
frente al universo,
en el infinito,
a solas con el cosmos chispeante,
con preguntas fósiles,
con nosotros mismos,
con todo.
puede ser más terrible
que una noche
a solas,
una noche sin nada, una caverna
olvidada, un pasaje secreto,
de hielo.
Y digo una noche a solas
una noche de tiempo.
Y no hablo de sexo
ni del calor de un cuerpo,
no hablo de alguien, de algo,
hablo de una noche a solas
frente al universo,
en el infinito,
a solas con el cosmos chispeante,
con preguntas fósiles,
con nosotros mismos,
con todo.
Poema Mis manos
de Isabel de los Ángeles Ruano
Estas manos mías conocen la ascención suprema
y la más burda ignominia.
Son como dos relámpagos audaces
o como dos humildes golondrinas cautivas.
Se entrecruzan en una plegaria o aman
con santidad o con delirio
y se asustan del fuego
y chocan contra un rostro.
Estas manos mías saben mentir
y son urgentes. Me han dado la pasión sublime
y la ternura de un ángel de luz.
Tienen reminiscencias de ala desteñida
y saben de los surcos del vuelo
Conocen todas las fiebres.
y la más burda ignominia.
Son como dos relámpagos audaces
o como dos humildes golondrinas cautivas.
Se entrecruzan en una plegaria o aman
con santidad o con delirio
y se asustan del fuego
y chocan contra un rostro.
Estas manos mías saben mentir
y son urgentes. Me han dado la pasión sublime
y la ternura de un ángel de luz.
Tienen reminiscencias de ala desteñida
y saben de los surcos del vuelo
Conocen todas las fiebres.
Poema Muerte en el tiempo
de Isabel de los Ángeles Ruano
Telarañas oscuras,
cárcel amarga,
sombras luctuosas,
arena,
tumba que adviene
en cada escalón
sin sentido
bajado
a escondidas,
ocultando el rostro
para negar
un nuevo amanecer.
cárcel amarga,
sombras luctuosas,
arena,
tumba que adviene
en cada escalón
sin sentido
bajado
a escondidas,
ocultando el rostro
para negar
un nuevo amanecer.
Ahora les transcribo algunas líneas del poema "Dolor":
Dolor el tiempo, el tiempo negro
que nos va gastando, como si lleváramos
atadas sus cadenas a las entrañas.
Dolor, el mar, el mar cuando mastica
los barcos que naufragan en su lomo;
el mar, el que se va comiendo
todos nuestros anhelos de ser fuertes.
Dolorosas las cosas, el viento, las ideas,
los grises colores, las tormentas marinas,
dolorosos nosotros, porque el dolor ingrato
ha dejado marcada nuestra indecisa ruta
con profundas tinieblas de azufre y vinagre
y un odio doloroso y oscuro hacia las tumbas.
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